¿Por qué luchar si no había ninguna posibilidad de victoria? ¿Y su novia, y el bebé? Pero luego, el péndulo se movía hacia el otro lado. Pero si era precisamente por el bebé que el hacía lo que hacía, y por su vida, porque no se trataba de violencia o no violencia, ni de ganar o perder, sino de libertad, estaba en juego la vida misma, lo que significaba ser un hombre o ser una mujer, en una Universidad Pública en ese momento, en ese país, en esa ciudad blanca y…por otro lado…no se trataría en realidad de narcisismo?, ¿que pensaría el profe Umaña? ¡si tan sólo pudiera contarle la mitad de sus dilemas! (...)
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